domingo, 22 de noviembre de 2009

La Puta de Babilonia. Fragmento XII

En realidad el verdadero motivo de esta cruzada no era la herejía (al fin y al cabo herejes somos todos, hasta los más ortodoxos, pues la herejía de hoy bien puede ser la ortodoxia de mañana) sino la desobediencia al papa, el desacato. A Francisco de Asís, el más pobre entre los más pobres, Inocencio III lo conoció en persona y no lo mató. Pero es que el sumiso Francisco había llegado ante él en son de obediencia, lamiendo pisos; en cambio los albigenses de dieron a discrepar, a refunfuñar, a perorar contra las riquezas y la corrupción del clero. Al papa lo llamaban "el Anticristo" y a su iglesia "la puta de Babilonia", según la expresión de ese libro alucinado y marihuano que escribió San Juan en la isla de Patmos a los 100 años, el Apocalipsis: "Ven y te mostraré el castigo de la gran ramera con quien han fornicado los reyes de este mundo. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata; resplandecía de oro, de piedras preciosas y perlas; y tenía en la mano una copa de oro llena de las inmundicias de su fornicación, y escrito en la frente su nombre en forma cifrada: Babilonia la grande, la madre de las meretrices y abominaciones de la tierra (Apocalipsis 17:1-5).


Muerto Inocencio III su cruzada pasó a Honorio III, luego a Gregorio IX (tío del futuro Alejandro IV y sobrino de Inocencio III, quien a su vez era sobrino de Clemente III) y luego a Inocencio IV. En la catedral de Saint Nazair mataron a doce mil. El obispo Folque de Tolosa en su obispado mató a diez mil. Y el arzobispo de Narbona mató a doscientos: los arrojó a una enorme a una enorme hoguera que encendió en el prat des cramats, al pie del castillo de Montsegur. En Agen, en fin, quemaron a ochenta. ¿Tan sólo ochenta? ¿Acaso perdía fuerza la cruzada de los inocencios? Sí, pero por escasez de materia combustible, no por falta de voluntad comburente. Dejaron a la civilización de Languedoc cual tabula rasa . ¡Adiós a trovadores y juglares, cantar en los coros celestiales! ¡Adiós a langue d`oc. Los calumniadores de oficio, que nunca faltan, dicen que durante esa cruzada la Iglesia mató a un millón. ¡Qué va! Si acaso a cien mil. Cien mil que de todos modos se habrían muerto, ¿o me van a decir que después de de ochocientos años seguirían vivos, por más albigenses que fueran? No, no se puede. La tierra gira, el sol se pone y todo se acaba.

No hay comentarios:

WARNING!

El claro objetivo del blog es difundir el mensaje de Fernando Vallejo. Disfrutamos leyendo su genial libro "la puta de Babilonia", al igual que él disfrutó escribiéndolo. Si es usted un católico sensible y cree que esta bitácora le ofende, por favor, abandone este sitio. Si es usted un católico dudoso le recomendamos encarecidamente que lea y disfrute y se de un buen baño de Historia, racionalidad y escepticismo.

El libro la puta de Babilonia es de 317 páginas, así que hemos decidido publicar una página del libro por día, lo cual nos llevará casi un año. Si cree que somos desocupados, nos da igual lo que piense (nos importa un puto pepino), esto es Internet y es un espacio de libertad donde caben todos: Torquemadas y Galileos.

El nombre Galileo ha pasado a la Historia como sinónimo de ciencia, inteligencia, raciocinio, racionalismo, voluntad y sacrificio. Son muy numerosos los proyectos científicos que llevan su nombre.

El nombre de Torquemada es sinónimo en nuestros días de tortura, oscurantismo, inquisición, hoguera, caza de brujas, anticiencia, anti-inteligencia, fanatismo, fundamentalismo, misoginia, violencia, exterminio, genocidio, dogmatismo, antisemitismo, robo, asesinato masivo, irracional, superstición, brutalidad, barbarie.

Ese es el gran legado Cristiano que la Santa Madre Iglesia Apostólica Católica y Romana ha dejado en occidente y en el mundo. ¿Son esos los valores judeo-cristianos que queremos que se mantengan a lo largo de los tiempos?